Buenos Aires te sabe a… Buenos Aires. Es identitario, dice mi querido Peter. Si al pensar en la ciudad porteña lo primero que se te viene a la mente son carnes jugosas, tango, fútbol, acento argentino fortísimo, pasta y vinos… pues más o menos acertaste. En Buenos Aires teníamos algunos amigos para visitar y cero ganas de hacer de turistas ordinarios, viendo museos, edificios y monumentos. Además, sabíamos que Argentina tiene buenos vinos. Sabíamos también que los vinos en Argentina son baratos. Lo que no sabíamos es que íbamos a asegurarnos de que aquello fuera cierto todas las noches de nuestra estadía en Buenos Aires.
LA CARRERA EN PALERMO
Estaba en la presencia de un campeón. Casi podía ver mi reflejo en la esfera oscura y vidriosa que me miraba de vuelta, soberbia, audaz. De repente, levantó sus patas delanteras hasta la altura de la cabeza del hombre que lo jalaba de las riendas. Un campeón, volví a pensar. No había vueltas que darle, faltaban 10 minutos para que se cierren las apuestas de la tercera carrera en el Hipódromo Argentino de Palermo, pero yo ya sabía que el ganador sería el número 7. Hasta numeraba en suerte. Con sonrisa de complicidad, volví con mi papelito que demostraba el valor de mi fe en mi caballo veloz. Peter y nuestra amiga Kat, me esperaban en la baranda en donde veríamos llegar punteando a Sin Llaves, en su primera carrera de la historia.

Por Sin Llaves
Sonó la campana y salieron volados. Sin Llaves daba saltos gigantes y levantaba la arena con la furia de un animal que no quiere estar ahí. Creo que ese era el significado de los coces y el coraje que vi en este caballo cuando estaba caminando en la pasarela de presentaciones. Al no querer estar ahí, tampoco le interesaba ganar. Empezó entre los primeros, se fue quedando en el medio y al terminar la carrera llegó mucho después que los demás. Sólo, último y magnífico.

El magnífico Sin Llaves
Mi papelito, ya no valía nada. Pero gané en experiencia: nunca le apuestes a un caballo que no obedece ni cuando está caminando. Peter le había apostado al número dos, que llegó tal cual, segundo. Así que tampoco por ahí tuvimos suerte. Pero por el ambiente de las carrerillas valieron la pena los 20 pesitos perdidos ($1,40).

La laguna en los Bosques de Palermo
Ya que estábamos en Palermo, nos aventuramos a ver sus Bosques inmensos, ochenta hectáreas, que antes eran la hacienda del italiano Juan Domingo Palermo. Una tarde de emoción, coronada con la paz del jardín japonés, el estanque de patos y el aroma del Rosedal de 18 mil rosales.
CALLEJEANDO EN SAN TELMO
¿Por qué riman Palermo y San Telmo? Para que no se te olviden los dos barrios por los que sí o sí, debes deambular en Buenos Aires. Nosotros aprovechamos el domingo para pasear por la famosa Feria de San Telmo y ver desde pequeñas marionetas que de la borrachera se caían de su mini escenario, artesanías, antigüedades y hasta paraguas en los cielos.

San Telmo en domingo
Por suerte ese día caminábamos con mi amiga Guada, autóctona de la ciudad, y en quien después de cuatro años, me alegró todavía encontrar la sonrisa amplísima y sincera que la diferencia. Guada nos llevó a un pequeño huequito, Pirilo Pizzería (Calle Defensa 821), en donde reina la fugazza y dice así: masa, queso, queso, queso y cebolla. Una locura de deliciosa pizza, que bajó suavita acompañada de una litrona de cerveza y de la gravedad, ya que en el lugar no hay espacio para una mesa, no se diga una silla.

Con Guada en Pirilo Pizzeria
En la noche, ya levantada la feria, con botella de vino en mano, y con Kat que volvió a asomar para celebrar el san domingo en San Telmo, nos sentamos en la plaza principal a ver tango. Un tango bonito, un tango sencillo, no de vestidos rojos, gomina en el cabello y rosas entre los dientes. Sino el tango del abuelo que tarareando la canción pide la mano a la señora sentada junto a ti. Ese tango que equivale a una conversación entre amigos, en jeans y zapatos de correr. Ese tango al que se entregan dos chicas, que se besan con las manos y se conquistan con la respiración. Un tango… bonito.

Domingo en la noche en la Plaza de San Telmo
QUIEN DICE CARNE, DICE ASADO, QUIEN DICE ASADO, DICE AMIGOS!
Peter y yo somos conscientes de todos los beneficios nutricionales, espirituales, mentales, medioambientales y presupuestarios de ser vegetarianos. Y al iniciar el viaje salimos con esa idea en mente, dejar de comer carne. De Ecuador a Bolivia, disminuimos notablemente nuestro consumo, pero cuando nos decidimos a seguir al sur hacia Santiago de Chile y luego Buenos Aires, sabíamos que nuestras intenciones tendrían que ser pospuestas.
Juan subía y bajaba el nivel de la parrilla mientras su suegro le pinchaba con camaradería. La broma giraba alrededor de quien era el mejor asador, porque asar carne en Argentina es considerado todo un arte. Y pues si el arte sabe como el asado al que nos convidaron Juan y Guada, me como cuatro museos en una tarde. Pero el asado argentino va más allá del nivel de las brasas y de los cortes de carne, se centra en la familia y los amigos. Todos conversando alrededor de la parrilla, cerveza o vino en mano, con la sonrisa en los labios y la emoción de lo que se viene. Una noche maravillosa, sólo me quedé con la intriga de saber quién será el mejor asador, pero espero que en la próxima visita el papá de Guada me saque de las dudas.

Asado en familia
A todos les recomiendo que tengan amigos como Guada y Juan. Pero como no todos tienen nuestra suerte, les comparto Con Gusto a Casa de nuestra amiga Luchis, que les ofrece cocinar y comer con ella y su familia al más puro estilo argentino.
EL TURISTEO TRADICIONAL

Con Kat en la Casa Rosada
Y entre tanto, también tuvimos tiempo de dar un par de vueltas por el centro de Buenos Aires. Vimos la infaltable plaza de Mayo que reta y acompaña altiva al sitio del poder que se ejerce desde la Casa Rosada. Están muy bien la Catedral, la Manzana de las Luces, y el Palacio Barolo. Pero una curiosidad que encontramos por los conocimientos callejeros de Peter fue el pasaje Rodolfo Rivarola, también conocido como la calle en espejo. En esta cuadra los edificios de ambas aceras son reflejos exactos los unos de los otros.

La calle en espejo, el Pasaje Rivarola
También nos dimos una vuelta por el barrio de La Boca, vimos el famoso estadio y paseamos por Caminito. A media tarde se abrió el apetito y encontramos una joyita culinaria, el restaurante Rivera Sur (esquina de calle Suarez y Doctor del Valle Iberlucea), frecuentado por todos los viejitos del barrio, lo cual nos dio el indicio de que debía ser bueno y económico. No defraudó, almorzamos un troncho gigante de bife de chorizo con cerveza por ARS 150 – $10,60.

Bife de chorizo en el Rivera Sur
¿ALGUIEN DIJO VINO? SÍ, TOOODOS
Brindamos por mi Kat, que después de varios años de haber dejado su carrera universitaria, se aventuró a regresar a Buenos Aires a vivir un poco de peripecias pero ahora sabia y dispuesta a triunfar! Salud.
Brindamos por Vero, una hermosa anfitriona, que vive la vida como si fuera un bufet libre, le gusta de todo, lo prueba todo y esperamos que nunca pare. Salud.
Brindamos por Alex, el titiritero valenciano, que se ha convertido en papá amoroso, y ¡ya casi no sale! Salud.
Brindamos por Flor, que la vida le dio sorpresas y ella sonrió más para que todo sea aún más bonito, y sobre todo, le aguanta al Alex. Salud.
Brindamos por mi Guada, la más hippie y la más pilas de la maestría, por su futuro feliz con su familia que crece, y por el chef asador Juan, que era mentira lo de las dudas, ¡de ley tu eres el mejor asador! Salud.
Pues como verán nos pasamos brindando, y entre tanto brindis, las noches se hicieron largas y las mañanas muy cortas para turistear de manera ordinaria. Igual esa no era nuestra intención.
Pero me falto un brindis muy importante. Unos días después de haber dejado Buenos Aires, me enteré que mi amigo del alma Stratos y su pareja Elsa estaban ahí. Hubiera sido una hermosa locura bajarnos unas cuantas de vino y hablar como si nunca pasara el tiempo, que es lo que solemos hacer con Stratos. Pero me jalé… Pues mi chiquis está te la recompenso, no sé cuando ni donde, pero por ti muchos, muchos Salud!

Vero y Alex degustando el gnoqui fresco
Recomendaciones y tips
- Usa el metro, es limpio, económico y fácil de navegar.
- Compra una pasta sin cocinar en una de las muchas tiendas que la venden fresca (paquete de gnoquis ARS 60 – $4,20).
- Como dice Kat, no pases hambre! Los lugares de chinos venden unos sándwiches de milanesa que son BBB: buenos, bonitos y baratos (ARS 35 – $ 2,45)
- Come un asado en familia! Con Gusto a Casa es una excelente opción.
- Disfruta del tango barrial el domingo en la noche en la plaza de San Telmo
- Apuéstale a un caballo, no importa a cuál, solo no te hagas vicioso.
- Cómprate un vino y brinda por ti!
2 comments
Te ha quedado «redondo». Besos
Precioso, me iría ahora mismo